La producción está al límite, peligrando en el corto y mediano plazo, aunque se advirtió desde La Paz que el abastecimiento se cumpliría según lo acordado.
El gobierno boliviano informó a través de un comunicado que no podrá aumentar la cuota de gas que envía a su vecino del sur, subrayando la situación crítica que atraviesa la cuestión energética en el país.
Efectivamente, el gerente de Coordinación y Estrategia de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos fue tajante al analizar la coyuntura que vive el sector. "La capacidad de producción de gas de Bolivia tiene un límite, y actualmente estamos al límite", indicó en ese sentido el funcionario boliviano, Yussef Akly.
Luego agregó que su país se encuentra “trabajando para incrementar esa producción en el marco del mercado de la Argentina”, aunque advirtiendo que el esfuerzo no se traducirá en resultados inmediatos.
Abastecimiento garantizado
El envío de gas a Argentina fue asegurado por el gobierno de Bolivia por intermedio de un comunicado, que fue distribuido por su Dirección de Comunicación.
En el mismo se asegura que iba a ser necesario renegociar los contratos firmados con Argentina, si hubiese ocurrido que la inversión en la explotación de campos de gas en Bolivia "se hubieran mantenido en niveles bajos, como sucedió desde el año 2004 hasta el 2007".
"Hacer ese trabajo toma bastante tiempo porque, si bien están las reservas para llegar a los mercados, hace falta poder ponerlas en producción", indicó.
Fue aún más preciso. "Lo que no nos ayuda ahora son los tiempos, porque cuando hablamos de mediano plazo, hablamos de dos a cinco años".
En el día de ayer, Alvaro García Linera, vicepresidente boliviano, aseguraba que su país no iba a poder cumplir con los compromisos asumidos con Argentina en relación a la exportación de gas, en el corto y mediano plazo.
Regionalización del problema
El gobierno argentino, por su parte, se volvió a plantear el problema energético, aunque buscó presentarlo como un dilema que no enfrenta solo Argentina, sino varios países de la región.
En este sentido, el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, se expresó sobre la extensión de la crisis. "Tenemos un problema que no es de la Argentina, es de toda la región", señaló, para luego confirmar que dicha condición fue probada por el encuentro que la Presidenta mantuvo el sábado pasado con Lula Da Silva y Evo Morales en Olivos -en el que quedó claro el fracaso de las negociaciones por el gas boliviano-.
"Lo que deja en evidencia la discusión que se dio días atrás en Olivos es que hay un problema para suministrar energía en toda la región. El problema lo tiene Brasil, el problema lo tiene Bolivia, el problema lo tiene Chile, que objetivamente tiene mayores dificultades que nosotros porque no tiene gas. Además, el proveedor, que éramos nosotros, no siempre está en las mejores condiciones. Entonces, tenemos un problema en la región que hay que ir resolviendo", indicó al respecto.
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