De esta manera, los mandatarios de los tres países decidieron conformar un grupo coordinador energético que analizará la evolución de la demanda en cada país y tomará las medidas que "considere oportunas".
La reunión, que duró más de dos horas, entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus colegas de Bolivia, Evo Morales, de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, tuvo como eje la venta del gas boliviano hacia los otros dos países.
Los mandatarios y sus respectivos equipos de energía no pudieron arribar a un acuerdo respecto a las cuotas de exportación de gas natural del país andino que recibirían Brasil y Argentina, ante el reclamo de Buenos Aires de incrementar los envíos y la demanda interna boliviana.
Es por eso, que los jefes de Estado de los tres países "decidieron conformar un grupo coordinador integrado por los respectivos ministros responsables de los sectores energéticos, con el objetivo de coordinar acciones", indicó un breve comunicado que leyó el canciller argentino Jorge Taiana al término del encuentro.
"Los tres países buscan las mejores alternativas para acompañar el crecimiento de los países. Este grupo deberá analizar la evolución de las respectivas demandas de energía y coordinar las medidas que considere oportunas", explicó el canciller argentino a la prensa, en la residencia presidencial. Asimismo, quedó definido que la primera reunión, aún sin fecha, se realizará en Bolivia.
El encuentro estaba previsto para las 9.30, pero se vio demorado a raíz de que Evo Morales aterrizó sólo a las 11.40 en el aeroparque metropolitano. Tras el encuentro, los mandatarios de Brasil y Bolivia regresaron a sus respectivos países.
Ayer, en un reportaje con Clarín, el presidente boliviano Evo Morales propuso redistribuir las cuotas de gas entre Argentina y Brasil para resolver la crisis. Ocurre que la demanda interna brasileña en el próximo invierno amenaza con reducir aún más la cuota de Argentina.
Actualmente, Bolivia le manda a Brasil entre 27 y 30 millones de metros cúbicos de gas por día, mientras que Argentina recibe entre 2,5 y 3 millones, un volumen menor a los 7,7 millones de metros cúbicos diarios pactados para este año.
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