Cerca de Trujillo se encuentra la playa de Huanchaco, lugar de veraneo preferido desde hace años por los trujillanos y poco a poco por el turismo extranjero. Hay quien asegura -sin duda haciendo alarde de muy buen humor- que a la vista de los caballitos de totora, fue en esta playa donde se inventó el surfCerca de Trujillo se encuentra la playa de Huanchaco, lugar de veraneo preferido desde hace años por los trujillanos y poco a poco por el turismo extranjero. Hay quien asegura -sin duda haciendo alarde de muy buen humor- que a la vista de los caballitos de totora, fue en esta playa donde se inventó el surf
Aunque hoy la mayoría de los caballitos de totora sólo sirven como atracción turística, no dejan de componer una imagen de gran belleza saltando las espumeantes olas del Pacífico.
El balsarLa construcción de los caballitos de totora sería imposible sin un peculiar tipo de junco que crece en un balsar de Huanchaco, un humedal artificial único en la costa peruana, que cuenta con 160 pozas sembradas de totora.
Los juncos, una vez cortados, tienen que secarse al sol al menos durante un mes. Una vez secos, el ensamblaje de un caballito es una delicada operación artesanal que en manos de un experto artesano sólo dura unas cuatro horas. La vida útil de estas embarcaciones es dos o tres meses. Pasado este tiempo, el salitre marino pudre la fibra
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