En los tiempos de la evangelización cuando estaba fray Juan organizando a los indígenas comenzaron a murmurar que el agua escaseaba la gente comensaba a sufrir sed y sequía por no tener agua ni siquiera para preparación de los alimentos, el calor aumentaba y situación se iba haciendo insoportable
Cansados de buscar agua y no encontrar recurrieron a los ritos mágicos de brujos y adivinos pero tampoco surtieron efecto fue entonces cuando se dirigieron a fray Juan al convento franciscano para que él los ayudara. Al día siguiente todo el pueblo acudiría a misa de madrugada y de ahí se irían en procesión al rió, el pueblo se quedó en silencio mientras que el fraile rezaba a la orilla del rió।
Su voz se extendía entre los asistentes diciendo que era el maligno el que tenia envidia de haber perdido, el demonio celoso de las conversaciones al catolicismo de los indígenas, lleno por el odio de la nueva fe ha secado el manantial
Vino luego una oración, los incensarios y el agua bendita en nombre del padre del sacro universo conjurote dijo demonio perverso que te retires, las ultimas palabras del fraile fueron ahogadas en un estruendo ensordecedor y un olor fétido se extendió entre los presentes al mismo tiempo en una nube de humo huía el demonio precipitado y furioso en su frenético correr resbala y cae al tiempo que lanza horrorosas maldiciones que se oyeron a lo largo del बर्रंको।
LOS peregrinos tardaron un buen rato en superar su asombra al disiparse el humo estupefactos notaron que comenzaba a brotar el agua, a su lado donde dio tumbos el diablo, quedaron en las rocas unas huellas de la rodilla que hasta la fecha se pueden observar.
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