El camino del inca es famoso en todo el mundo y el tramo más visitado es el que llega a la ciudadela de Machu Picchu. Sin embargo, ese trayecto es una mínima expresión de los caminos que cruzaron todo el Tawantinsuyu, y que aún sobreviven algunos vestigios.
El Tawantinsuyu alcanzó una población estimada entre diez y doce millones de personas durante el siglo XV y ocupó la mayor parte del área andina que se extiende a lo largo de la costa occidental de Sudamérica, casi desde el límite entre Ecuador y Colombia hasta la zona central de Chile y la mayor parte de las regiones andinas de Perú, Bolivia y Argentina.
Los caminos del Tawantinsuyu no fueron construidos ni para la rueda ni para el caballo, sino para los pies de los chasquis, quienes recorrieron cada rincón del territorio llevando mensajes y encomiendas
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Muchos de estos caminos contaban con puentes de distintos tipos: de piedra, colgantes y flotantes, que eran utilizados con fines políticos, militares y administrativos; para cruzar abismos y ríos caudalosos. Cada 2 kilómetros existía una especie de zona de descanso;
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