El departamento de Cajamarca se caracteriza por suaves pendientes y una altura relativamente baja en comparación con el resto de los Andes peruanos. El territorio está formado por numerosos valles y quebradas.
La ciudad de Cajamarca reúne tres ingredientes que la convierten en un destino inolvidable: una magnífica arquitectura colonial, hermosos paisajes y una rica historia, pues fue escenario de un episodio trascendental para la historia del continente. Aquí, el conquistador Francisco Pizarro capturó al Inca Atahualpa, quien, a pesar de cumplir con el rescate pactado, fue asesinado. A partir de entonces los conquistadores trazaron la ciudad a la usanza española y hoy se conservan construcciones coloniales como la Catedral, las iglesias de San Francisco, Belén y la Recoleta, así como casonas y monumentos.
Pueden realizarse numerosas excursiones: a los Baños del Inca, aguas termomedicinales donde el Inca solía acudir luego de largos viajes; las Ventanillas de Otuzco, necrópolis tallada en una pared de roca volcánica; Cumbemayo, muestra de ingeniería hidráulica preínca aún en funcionamiento, ubicado en un impresionante escenario natural; la antigua hacienda La Colpa, donde las vacas acuden para ser ordeñadas al ser llamadas por su nombre; Kuntur Wasi,
















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