La rubricación legislativa del acuerdo comercial con el país andino prendió la mecha entre los demócratas, a tal punto que muchos de sus miembros acusan a la Presidenta de la Cámara de
Representantes de traicionar las bases del partido
Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos।
La aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Perú por parte de la Cámara de Representantes de Estados Unidos lleva indefectiblemente a dos conclusiones। Podría explicarse por una flexibilidad demócrata en el aspecto comercial, o quizás es consecuencia de una disputa interna que podría perjudicar al partido en las próximas elecciones presidenciales.
Bajo la administración de George W। Bush, los tratados comerciales remitidos al Congreso han enfrentado en general la oposición de sindicatos, grupos defensores del medio ambiente y activistas de centro-izquierda hostiles a las fuerzas de la globalización. A esta reticencia se sumaba el Partido Demócrata.
Sin embargo, el jueves, un año después de que los demócratas retomaran el control legislativo con una campaña en contra de la política comercial de Washington, casi la mitad de los miembros del partido presentes en el Congreso rompieron con la ortodoxia y apoyaron el tratado comercial con Perú, algo que la Casa Blanca espera que lleve a la aprobación de muchos acuerdos más en el futuro।
El pacto con el país andino fue aprobado contundentemente por 285 votos a favor y 132 en contra। Pero la cuestión controversial es que 109 demócratas votaron a favor y 116 en contra, reabriendo la herida abierta durante el mandato de Bill Clinton, cuando un gran porcentaje de demócratas votó a favor del Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte (TLCAN) y apoyó la liberalización del comercio con China.
Para sorpresa de muchos demócratas, la Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llevó a sus compañeros de partido a dar el Sí, algo que incluso ella encuentra paradójico। “Francamente, por mucho tiempo he estado del otro lado, mucho más de lo que estoy esta noche”, señaló la noche del miércoles luego de un arduo debate en que muchos de sus colegas demócratas la acusaron de traicionar las bases del partido.
Fue una victoria aplastante para Washington, que apunta a aprovechar las ventajas de la competencia comercial y a fortalecer su sector exportador ahora que es el más fuerte de su economía। No obstante, muchos demócratas alegan que reducir las barreras comerciales contribuyeron a la pérdida de tres millones de empleos manufactureros desde el año 2000 y al estancamiento de los salarios.
Hay dos cuestiones fundamentales para entender la ruptura demócrata con respecto al TLC con Perú। En primer lugar, Pelosi y otros demócratas lograron concesiones por parte de Washington, que se tradujeron en la inclusión de cláusulas de protección al trabajador y al medio ambiente en el país andino, y por extensión en los demás países con los que se suscriban acuerdos comerciales. Con estas enmiendas, Pelosi apuntaba que si bien el pacto con Perú no era perfecto, tenía sus beneficios.
En segundo lugar, los demócratas están siendo política y económicamente apoyados por sectores que se benefician por la globalización económica। Esto incluye firmas financieras, productores de tecnología, la industria del entretenimiento y los agricultores que dependen del mercado externo.
Además, las diferencias entre los demócratas presidenciables, que reciben apoyo de sindicatos e industrias exportadoras al mismo tiempo, refleja los desacuerdos en el seno del Congreso. El Senador de illinois Barack Obama se mostró a favor del TLC, mientras que el Senador de Carolina del Norte John Edwards se opuso totalmente por su campaña anti-establishment.
La Senadora de Nueva york Hillary Clinton dijo ayer que votaría a favor del pacto con Perú, pero en general nunca pareció definirse totalmente al respecto। Por ejemplo, pidió que se revisara el TLCAN firmado por su marido y expresó que votaría en contra de la mayoría de los acuerdos comerciales.
De todos modos, está rodeado de numerosos oficiales de la administración Clinton que son fervorosos propulsores del libre comercio।
"Creo que si un Presidente demócrata es electo, el partido adoptará una perspectiva comercial más amplia que la que tiene ahora en el Congreso”, sentenció Stuart Eizenstat, Secretario de Estado de Asuntos Económicos bajo el mandato de Clinton. “Espero que un Presidente demócrata gane más confianza en el aspecto comercial que los demócratas en el Congreso”, concluyó.
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