Las montañas que rodean Arequipa todavía guardan el recuerdo de las erupciones de sus volcanes. La blanca ceniza se confunde con la arena y las piedras dando en la lejanía la apariencia de nieve. Es ese sendero blanco el que marca el inicio del camino a Toro Muerto. Esta zona, cuyo nombre alude a la singular forma de sus cerros que recuerdan a un toro recostado, guarda para sí una joya única: el repositorio de arte rupestre más grande del mundo. Se trata de cinco kilómetros cuadrados cubiertos con unas cinco mil piedras que fueron labradas por viajeros entre los años 700 y 1500 después de Cristo. Toro Muerto está ubicado en la provincia de Castilla, muy cerca al río Majes, cuyos inigualables camarones son el ingrediente principal de un buen grupo de las delicias culinarias que guarda la Ciudad Blanca.
Los dinosaurios de Querulpa Un resbalón fue para Elvis Paria (17 años) una de las más importantes cosas que le ha pasado en su vida, y es que mientras buscaba miel en el árido cerro de Querulpa tropezó y cayó sentado en uno de los más valiosos descubrimientos de los últimos años en Arequipa: huellas de dinosaurios. Querulpa es un cerro ubicado a pocos minutos de Toro Muerto, por lo que los turistas han convertido a estos dos lugares en parte de un circuito que debería ser obligado por quienes visitan Arequpa.
Elvis y sus amigos Oswaldo Martínez y Marcos Choquicondor, fueron los primeros en sacar a la luz las huellas de dos dinosaurios, supuestamente madre e hijo, que habitaron en esas tierras cuando ese montañoso paraje era una tranquila playa, hace unos 150 a 200 millones de años. Tras observar la extraña formación en la piedra, la curiosidad de los jóvenes los llevó a seguir moviendo el terreno para encontrar el sendero que siguieron estos animales. Luego, al estar seguros de su hallazgo, los adolescentes avisaron a los expertos.
Las huellas miden unos 60 centímetros de ancho y 10 de profundidad, y serían presumiblemente de Plintosaurios, enormes animales con un peso de entre 8 y 10 toneladas. El área sobre la que se pueden observar las huellas es reducida, sin embargo son múltiples las pisadas y se presume que hay más ocultas. El Instituto Nacional de Cultura está a cargo de las investigaciones en la zona pero, al pertenecer la propiedad al agricultor don Ricardo Acero, este señor se ha convertido en un ágil guía que lleva a los viajeros, bastón en mano, a lo alto del cerro donde se guardan las huellas. Según Acero, la zona encierra muchas más cosas, como fósiles de peces y hasta de un cocodrilo, además de entierros y momias centenarias a las que lleva a los visitantes.
1 comentarios:
Hablan de la figura en toro muerto que se asemeja a este animal, podrian publicar una foto al respecto?
Gracias
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