El aumento de sus visitantes pasó de 2 000 a más de 3 000 diarios, lo que agrava el problema de movimiento de tierra que podría desplazar las ruinas.
La Dirección del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu ha decretado un Plan de Urgencias con una serie de medidas para mitigar el deterioro. Una de ellas es implementar tres nuevas salidas para evitar la congestión de turistas. Además, ha dictado prohibiciones como el ingreso con bastones al santuario, salvo por motivos de edad o incapacidad, previa evaluación al ingreso.
El subdirector de Estudios y Proyectos del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Cusco, Juan Antonio Silva, explicó que las vías serán habilitadas de manera paulatina. La ciudadela cuenta con dos vías de salida y con las nuevas sumará cinco, las cuales -dijo- espera que eviten la aglomeración y el congestionamiento.
El gerente de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente del Gobierno Regional de Cusco, Abel Caballero, informó que se estudia acortar los períodos de visita del turista a tres horas como tiempo máximo permitido. Actualmente es de 10 horas.
Pero para los especialistas faltan medidas más drásticas para asegurar el futuro de Machu Picchu por lo menos en 200 años más. El arqueólogo Guillermo Lumbreras sostiene que ante tanto visitante la preservación estaría en peligro por este maltrato, incluso recordó que la Unesco tiene una lista de patrimonios y monumentos para proteger. Además, busca "impedir el excesivo entusiasmo mercantil en relación con el atractivo que puedan tener".
La Unesco ha expresado su preocupación por el desorden que prima en las construcciones levantadas en los alrededores de la ciudadela. Como hoteles y tiendas, en Aguas Calientes (o Machu Picchu pueblo), localidad ubicada en las faldas del Parque Arqueológico. A ello se suma el puente Carrilluchayoc, ubicado en Santa Teresa. El puente fue construido dentro de la zona de reserva, por la Alcaldía de esta localidad, pese a la oposición de las autoridades culturales.
El ex director del Instituto Nacional de Cultura (INC), Luis Repetto Málaga, es más enfático cuando se refiere el tema, pues considera que Machu Picchu es sinónimo de rapiña, ya que se ha dado la expansión desmesurada de Aguas Calientes, con la construcción de hoteles y negocios y turísticos sin el menor control de la autoridad. A eso se suma la fragilidad ambiental.
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