El burro, un animal casi olvidado, puede convertirse en elemento innovador del nuevo desarrollo rural, gracias a sus múltiples capacidades, analizadas en un congreso celebrado en la localidad italiana de Castelbuono, "El valor del asno" es el título del congreso de tres días, clausurado hoy en Castelbuono (isla de Sicilia), durante el que se realizaron también actividades para niños, concursos fotográficos y una reunión de pollinos de toda la zona.
El burro puede convertirse en fuente de desarrollo económico, aseguró el alcalde de Castelbuono, Mario Cicero, en la apertura de la reunión, con el lema "Recuperemos al asno, el asno recuperará al hombre" y durante la que expertos italianos discutieron sobre la potencialidades de este animal.
La relación entre burro y ser humano comenzó hace 7.000 años, época a la que pertenecen las primeras representaciones en piedra de ambos juntos, y durante los siglos realizó todo tipo de pesados trabajos agrícolas.
Sin embargo, la evolución de la maquinaria hizo que este animal quedara relegado, cayera en desuso y algunas de sus variedades estén en peligro de extinción.
En los últimos años, no obstante, han surgido iniciativas para recuperar la población de asnos y darles nuevos cometidos que contribuyan al desarrollo del medio rural, más allá de su uso en actividades turísticas.
En Castelbuono, localidad de 10.000 habitantes, hace un año que la recogida de basuras la realizan burras, en una iniciativa pionera con repercusiones positivas también en el medioambiente.
Cada mañana, cinco burras con dos cajones de madera a modo de serones recorren las calles del casco antiguo, acompañadas de otros tantos empleados del servicio de basuras para realizar, puerta por puerta, la recogida diferenciada de residuos.
Cicero se declaró "orgulloso" de esta iniciativa en la que se emplea a "un animal bueno, amigo del hombre, que habíamos olvidado" y señaló que otras localidades, no sólo italianas, se han interesado por la experiencia de Castelbuono.
El burro es mucho más que animal de carga y, desde la antigüedad, se conocen los beneficios para la piel de la leche de burra, en la que dice la leyenda que Cleopatra se bañaba, y que se traduce en su uso cosmético para jabones y cremas.
Pero, ante todo, puede ser un alimento beneficioso para niños y bebés con graves alergias alimentarias, en especial a la leche de vaca, y para ancianos.
La leche de burra es rica en calcio, baja en grasas, fácilmente digerible, con valores proteínicos similares a la humana y las reacciones alérgicas son escasas, indicó el doctor Giuseppe Iacono, del hospital infantil di Cristina de Palermo.
Sin embargo, uno de los principales problemas es encontrar leche de burra y asegurar que llega de manera regular a los consumidores con todas las garantías.
El presidente del Consorcio Nacional italiano de Criadores de Asnos (Allevasini), Eugenio Milonis, presentó una iniciativa para proteger y promover la leche de burra, producto del que cada animal puede dar entre 3 y 4 litros diarios.
El consorcio ha nacido para reunir a los productores de toda Italia, de manera que se centralice la comercialización de este producto bajo una marca única "de calidad".
Milonis dijo que la demanda "es grande" y que Sicilia, donde hay unos 200 criadores, "puede convertirse en la reserva de leche de asna en Europa".
El problema, una vez más, es la falta de ejemplares de asno no sólo en Italia, sino también en países como Francia y España, en especial de razas apreciadas como el asno catalán, indicó.
A pesar de su fama de testarudos, los burros, sobre todo las hembras, son animales pacientes y dóciles, cualidades positivas para su uso en terapias en niños y adultos con discapacidades, problemas psiquiátricos y programas de recuperación de toxicómanos.
La doctora Patrizia Reinger, que desde hace cuatro años trabaja en terapias para adultos, destacó la interacción que se establece entre paciente y animal, positiva para las personas con trastornos de identidad.
El asno, explicó, es "curioso pero no invade", su tranquilidad "transmite confianza" y tiene efectos positivos en personas con problemas afectivos.
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