El grupo de expertos,de la Universidad de San Diego (EEUU), ha conseguido por primera vez una simulación en tres dimensiones que describe los posibles impactos de un gran terremoto
Para realizar las simulaciones, los sismólogos han necesitado recopilar datos de grandes terremotos del pasado. En 1700, se produjo el seísmo de mayor intensidad del que hay registro en esa zona, un punto mayor que el devastador terremoto de San Francisco de 1906 y similar al temblor de 9,2 que provocó el tsunami que asoló el sureste asiático en diciembre de 2004.
Otros parámetros que necesita el programa son la composición geológica y la orografía del terreno.
Los investigadores han descubierto que existe una correlación entre la velocidad de desplazamiento del terremoto y la frecuencia de la vibración. A mayor velocidad, menor número de oscilaciones. Como dice Olsen: "Es como lo que uno siente sobre una gran ola". La vibración de larga duración, combinada con la elevada velocidad de propagación, harían que este tipo de terremotos castigara con mayor fuerza las zonas urbanas.
Los sismólogos tuvieron que recurrir a la potencia de cálculo del Centro de Supercomputación de San Diego . Para completar una de las varias simulaciones que se han hecho, usaron 2.000 procesadores y se requirió el equivalente a 80.000 horas de procesador. Se habrían necesitado nueve años para hacerlo con un ordenador doméstico.
El trabajo realizado en la Universidad de San Diego tendrá varias utilidades. Por un lado, sus conclusiones podrían guiar a los responsables del diseño de sistemas de alerta. Dependiendo de lo lejos que se produzca el terremoto de la gran ciudad, este sistema podría alertar con varios segundos de antelación.
Además, los resultados de las simulaciones servirán como guía a planificadores de sistemas de emergencia, así como para ayudar a los ingenieros a diseñar estructuras más seguras.
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