Chávez instó al gobierno peruano a "no caer en la provocación" de señalarlo sin argumentos.
Rechazó alguna vinculación de Caracas con las llamadas "casas del ALBA" peruanas.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, desmintió acusaciones de injerencia en asuntos internos de Perú a través de unas casas de ayuda social, y respondió que "acusar sin pruebas es algo grave".
Chávez se quejó de que desde Perú se acuse a su Gobierno "sin tener ninguna prueba" de presunta injerencia, e instó al Ejecutivo peruano a "no caer en la provocación" de señalarlo sin argumentos.
"Se nos ha acusado de todo, esperamos que el Gobierno de Perú no se deje llevar por la provocación", declaró Chávez en un encuentro con la prensa extranjera acreditada en Caracas, en el que, además, se mostró dispuesto a "aclarar cualquier duda" a la administración de su colega peruano, Alan García.
El mandatario venezolano recordó que "Perú no es parte" de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, y promovida por Chávez en contraposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) impulsada por Estados Unidos.
Chávez consideró que Lima debería "investigar" si el hecho de que "una persona o un movimiento abra una casa y le ponga Casa del ALBA" constituye "una acción golpista" o "desestabilizadora" de factores internos que atentarían contra el propio Gobierno peruano.
La primera de estas casas se abrió en la región Puno (limítrofe con Bolivia), dando atención médica gratuita a personas pobres, y luego comenzaron a aparecer una decena de casas similares en distintas partes del país, generando las suspicacias de las autoridades.
El Congreso peruano aprobó el 13 de marzo por unanimidad crear una comisión para investigar las casas del ALBA con el fin indagar sobre una presunta injerencia de Caracas en Perú.
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