Lo informó el director de Investigación del Centro para la Ciencia de la Biodiversidad Aplicada de Estados Unidos, Timothy Killeen.
Killeen dijo que el cultivo de biocombustibles significa una oportunidad para aprovechar esas tierras deforestadas, aunque también -opinó- son una herramienta real para reducir la pobreza, sobre todo en las zonas tropicales de la selva, según la agencia local de noticias Andina.
El especialista afirmó que las empresas interesadas en desarrollar cultivos para biocombustibles podrían usar el mecanismo de bonos de carbono, para financiar sus proyectos hasta el inicio de la etapa de producción de cultivos.
Los bonos de carbono son certificados que prueban que un determinado proyecto de inversión reduce la emisión de dióxido de carbono, que es un gas causante del efecto invernadero o calentamiento del planeta.
Killeen explicó que Perú tiene unas 71 millones de hectáreas y con los bonos de carbono tendrían un valor de entre 1.000 y 7.000 dólares por hectárea, lo cual significaría un total de 327.000 millones de dólares.
Sin embargo, recomendó a los empresarios interesados en proyectos de biocombustibles buscar las alternativas de cultivos que sean más rentables y tengan una mayor productividad, como las algas, que tienen "un rendimiento de 20.000 toneladas por hectárea".
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